Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania se prolonga, el mercado internacional del trigo sigue batiendo récords en la Bolsa de Chicago por el cese del comercio desde el bloque que abastece un tercio de la demanda global y por la necesidad de los compradores de conseguir proveedores alternativos lo antes posible. Al cierre de los negocios, las pizarras del mercado estadounidense reflejaron un alza de US$28,38 sobre el contrato marzo del trigo que, próximo a extinguirse, marcó un valor récord, de 523,69 dólares por tonelada. Los contratos mayo y julio, en tanto, sumaron US$31,23 y 28,38 tras finalizar la jornada con ajustes de 475,46 y de 460,21 dólares por tonelada.
Esta sexta rueda alcista seguida del trigo en Chicago mantuvo los fundamentos de las jornadas precedentes, dado que las exportaciones de Rusia y de Ucrania siguen detenidas, más allá de la iniciativa de la empresa estatal de trenes ucranianos de comenzar a despachar granos hacia los vecinos Rumania, Hungría, Eslovaquia y Polonia, desde donde el trigo y otros productos agrícolas podrían entrar en el circuito logístico de los puertos europeos para salir de ahí al mundo.
Esa chance de reestablecer el comercio, con volúmenes muy inferiores a los que se despachan desde las terminales marítimas, ahora deberá sortear la decisión del gobierno de Ucrania de imponer licencias de exportación para productos como el trigo, el aceite de girasol y el maíz. Esa medida tiene que ver con preservar la oferta interna de alimentos en un contexto de alta imprevisibilidad, en particular, por no saber cuándo terminará la guerra.
Desde Rusia, la consultora SovEcon ajustó ayer de 34,30 a 33,50 millones de toneladas su cálculo sobre el volumen de las exportaciones rusas de trigo. “Las terminales rusas del Mar Negro están en funcionamiento, pero los armadores aún no están listos para enviar sus buques a la región. Sin embargo, en los últimos días, algunos comerciantes rusos comenzaron a comprar trigo en los puertos después de la pausa vista desde fines del mes pasado”, explicó la firma. Agregó que en los primeros ocho meses del ciclo comercial 2021/2022 –va de julio a junio– el país vendió 27,70 millones de toneladas del cereal.
En cuanto a las siembras de trigo de primavera, que deberían comenzar en aproximadamente un mes tanto en Rusia como en Ucrania, es incierta la capacidad que tendrán los productores ucranianos para ocuparse de las tareas rurales donde, además, podría haber problemas con el abastecimiento de combustibles, que hoy se preservan para los vehículos militares. Del lado ruso, la intención de sembrar o no estará relacionada con las chances de poder comercializar el cereal, algo que podría resultar complejo si se mantienen por tiempo indefinido las sanciones que pesan sobre buena parte de los bancos de Rusia.
Fuera del conflicto en la zona del Mar Negro, los operadores especulan con una posible reducción en las existencias finales estadounidenses 2021/2022. En efecto, esperan que el miércoles, en su informe mensual de estimaciones agrícolas, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos proyecte en 17,09 millones de toneladas el stock final de trigo, por debajo de los 17,63 millones del reporte de febrero.
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