La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) manifestó su preocupación y alertó por el aumento de la labranza convencional.
La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) manifestó su preocupación por lo que consideró un “considerable” aumento de la superficie agrícola labrada en Argentina.
La entidad tomó como parámetro un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en el que se estimó una reducción del tres por ciento en la superficie sembrada con siembra directa durante la campaña 2020/21, con respecto al ciclo anterior.
Como primera medida, la Asociación recordó que “se necesitan al menos 20 años sin intervenciones del suelo para alcanzar la estabilidad del sistema y lograr que se visibilicen todos los beneficios de la siembra directa”.
Por otro lado, Aapresid citó que “numerosos trabajos de investigación demuestran que el incremento de la actividad agrícola, caracterizado por la elevada frecuencia del cultivo de soja, la falta de rotaciones con pasturas y las labranzas han producido una notable disminución de los niveles de materia orgánica (MO) de los suelos”.
“Además, la remoción del suelo producida bajo labranza convencional (LC) genera caídas en los niveles de carbono (C). El carbono orgánico del suelo (COS) y la agregación dependen del uso y del sistema de manejo utilizado, por afectar la estabilidad de los agregados. La LC incrementa la aireación del suelo y rompe los macroagregados”, agregó la Asociación.
La LC incrementa la aireación del suelo (Balesdent et al., 1998) y rompe los macroagregados (Six et al. 2000 Sotomayor-Ramirez et al., 2007). Esta ruptura de agregados hace que las partículas de limo queden libres, reacomodándose y formando estructuras laminares de mayor densidad que dificultan el desarrollo de raíces y la infiltración del agua (Ver Imagen).
Como solución, el productor usa labranzas para romper esas láminas, aumentando la oxigenación y combustión de MO, logrando una remediación en el corto plazo. Sin embargo, con las sucesivas lluvias estos minerales libres se reacomodan nuevamente y vuelven a formar dichas estructuras.
En la Chacra Pergamino-Colón de Aapresid, L. Wall demostró que a medida que aumentamos los tiempos de ocupación en una agricultura siempre verde (ASV), incorporando cultivos de servicio (CS) a las rotaciones tradicionales, logramos un aumento de la actividad biológica de nuestros suelos y la captura de C, incrementándose los macro y meso agregados y disminuyendo las partículas libres.
Fuente: AAPRESID
Comments