La vocación por sembrar trigo no cede, pese a que la falta de agua superficial comienza a inquietar a los productores. Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA), la intención triguera subió otro umbral en la región y pasó de 15% a 17% de incremento, respecto de lo sembrado en el ciclo anterior.
“En una semana en la que es fundamental aprovechar la humedad para sembrar, dónde se puede hacer trigo no se duda y se avanza”, señalan Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo en su informe semanal. La falta de agua, no obstante, obliga a algunos replanteos. Por ejemplo, pasar lotes que en principio iban para maíz a trigo para aprovechar sus mejores condiciones de siembra.
“Hay localidades dónde empieza a hacerse notorio el salto que habrá este año en la siembra”, apuntan los especialistas. Por ejemplo, ingenieros dicen que en María Susana se sembrará un 40% más de lo que se hace normalmente. Es que este año harán solo un 15% del maíz de lo que siembran usualmente. El objetivo es mantener las gramíneas.
La imagen actualizada de las reservas para el primer metro del suelo para el cultivo sigue mostrando niveles óptimos a adecuados en toda la región. Por eso, ya se sembró el 65% del trigo de la región. Pero la escasez de agua acecha en los primeros centímetros del suelo. “Tras las lluvias que resultaron desmesuradas en marzo y abril, la falta de agua de mayo y junio le pone un freno a la siembra”, señalan desde la GEA.
Donde más se nota es en el centro-sur de Santa Fe, extremo sur provincial y sudeste de Córdoba. En esas zonas queda un 10% del trigo por hacer. En Cañada de Gómez, hay lotes que ya no tienen humedad para implantarse; en El Trébol, alcanza para una semana más. En Totoras, los lotes laboreados o con poco rastrojo están secos en superficie, por lo que algunos están evaluando pasar lotes con buena cobertura de maíz a trigo.
El norte bonaerense es el área más atrasada: los avances de siembra varían de 20% a 35%. Pero la humedad se mantiene en superficie y sería suficiente para una semana más. También ayuda las condiciones de inestabilidad y alta humedad que se vienen dando y que continuarían. Esto, para el sector este de la región núcleo, puede mantener activas las siembras la próxima semana en lotes bien rotados. “En el oeste, la incertidumbre es mayor y plantea la duda: ¿julio dejará los milímetros necesarios para seguir con la siembra?”, inquieren desde la Bolsa de Rosario. El este de la región, aclaran, viene con mejores chances.
La última actualización de márgenes netos volvió a mostrar resultados económicos continúan alentadores para el cereal, pero un poco más ajustados que hace un mes. “De mayo a junio, cayeron de u$s 89 / ha a u$s 51 /ha en campo alquilado y de de u$s 220 / ha a u$s 188 / ha, en campo propio. Igual, respecto de abril sigue siendo notable la recuperación. A comienzos del 2024, en campo alquilado, el margen era claramente negativo con -147 u$s/ha.
“Con el transcurso de los meses, el repunte en el precio del commoditie y la baja en los precios de insumos claves, como la urea, fueron reacomodando el Excel triguero”, señalaron los especialistas de la GEA.
Ahora, lo importante que las lluvias se presenten en las próximas semanas para asegurar los planes de siembra.
En el centro norte de Santa Fe, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que difunde la Bolsa de Comercio de Santa mostró precipitaciones muy débiles, lloviznas y porcentajes de humedad ambiente algo elevados. La siembra de trigo fue a buen ritmo.
No ocurrió lo mismo, en sectores de los tres departamentos del norte santafesino, donde los pronósticos de inestabilidad, nubosidad total y lluvias se concretaron, con una distribución geográfica irregular, con máximos puntuales de 85 a 90 mm en el centro del departamento General Obligado, en el resto, oscilaron entre 25 a 30 mm y en algunas zonas, solo se alcanzó un milímetro.
“La totalidad de lo implantado hasta la fecha de la cosecha fina se realizó bajo un buen paquete tecnológico, adecuadas dosis de fertilizantes y con trigo de ciclo largo”, señalaron los especialistas de SEA.
Para la campaña 2024 se estimó una intención de siembra de 465.000 hectáreas, 28.500 más, que la superficie alcanzada en el año 2023 que fue de 436.500 ha, la misma se incrementaría alrededor del 6 %. Lo logrado hasta la fecha alcanzó el 65 % del total proyectado, representando aproximadamente 302.250 hectáreas.
También se observó movimiento de cosechadoras y equipos en el proceso de recolección de los cultivos de la campaña gruesa. En maíz tardío se logró el 62 % y el 39 % en algodón, en el área específica.
En cuanto a los precios, el profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral Dante Romano explicó que el reporte mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) “pasó sin pena ni gloria” para el mercado ya que hubo “ajustes menores” a los stocks finales de maíz y soja, mientras que, en trigo, si bien se ajustó fuerte a la baja, fue dentro de lo que ya habían anticipado los privados. El foco pasó al clima en EEUU, donde se cocina la producción 24/25.
“Hasta el momento todo viene excelente pero el momento clave son los meses de julio y agosto, las temperaturas altas pueden convertirse en un problema si el agua se llega a cortar”, indicó el especialista.
Desde el punto de vista local, indicó en su informe que “la trilla de soja terminó y con ella la presión de cosecha. Este rol lo toma el maíz, que avanza rápido con la cosecha, ya que los cultivos se entregan antes y se teme que el spiroplasma cause caída de plantas. Las ventas también aceleran. Con algunos exportadores que quedaron con más declaraciones de exportaciones que mercadería, la presión inicial de ventas es absorbida rápidamente y no afecta a precios. Pero el descalce no es tan grande, y la presión podría ser grande”.
Romano expresó que “luego de tres semanas de subas del dólar paralelo se sumó al menos 6% de sobreprecio a los granos vía dólar blend”. Si los trascendidos de que el FMI pide dar de baja el régimen al 30 de junio son ciertos, “habrá que estar atentos”, dijo.
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