“La pampa Húmeda en Argentina, tiene que convertirse en el Agro Valley del mundo”, se ilusionó Eduardo Borri, el nuevo presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), al analizar el presente y el futuro de uno de los motores de la economía regional y nacional, que además es una de las actividades industriales de mejor performance en los últimos dos años. Borri, ingeniero electrónico graduado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y titular de la fábrica Metalfor asumió la presidencia de Cafma convencido de que es necesaria una ley de maquinaria agrícola que defina claramente que un equipo para ser considerado de origen nacional debe tener al menos un 60% (en algunas categorías un poco menos) de partes producidas en Argentina. De esta forma, las fábricas del sector podrían ser las destinatarias principales de las políticas de estímulo oficial, como los créditos a tasas subsidiadas para los productores que hoy están vigentes.
Desde Cafma apuestan a consolidar el crecimiento que vive el sector por estos días y aceitar los engranajes para continuar en el sendero del desarrollo. Como muestra de ese nivel de actividad Borri contó que el sector en los últimos doce meses incorporó un 20% más de personal. “Esto es bueno y se tiene que seguir incrementando”, resaltó. Adelantó que desde la cámara se están impulsando acciones para que en los pequeños pueblos del interior del país, donde se encuentran muchas de las empresas, se puedan radicar interesados en sumarse al plantel de trabajadores del sector. Es que hoy las empresas se enfrentan a la escasez de mano de obra.
¿Cuáles son las expectativas con las que asume al frente de Cámara Argentina de Fabricante de Maquinaria Agrícola?
Las expectativas son muy altas. Venimos trabando con el presidente saliente Néstor Cestari desde hace un tiempo ya que lo acompañé en la vicepresidencia. El hecho de que tengamos mucha demanda de nuestros productos en este momento es como arrancar un partido ganando 3 ó 4 a cero. Tenemos alguna ventaja y esto se tiene que poder aprovechar. Obviamente hay problemas a solucionar, pero que la demanda este traccionando fuerte, colabora. El foco está puesto en cómo mantenemos altos estos niveles de actividad si cambian algunas variables de juego en el futuro.
¿Qué variables les preocupan más?
Los árboles no crecen hasta el cielo y este aumento de la demanda no se puede mantener. Tiene algunos anabólicos, hay cosas que no son totalmente reales y eso podría llegar a desaparecer en algún momento. Hoy tenemos un problema de falta de divisas en Argentina y esto hace que haya una demanda de productos nacionales mayor que de importados. También, tenemos precios de los commodities altos que ojalá siga, pero quizás no se mantengan a futuro. El hecho de no poder comprar dólares hace que los productores inviertan en maquinaria. Otra cosa que para mí es un mérito muy importante de este gobierno es haber dispuesto créditos a tasas razonables para que los productores inviertan. Estas cuatro cosas que están dando vueltas, en algún momento pueden llegar a aflojar y es ahí donde nosotros tendríamos que tener una ley de maquinaria agrícola que fomente la industria nacional. Nos daría un paraguas para cuando alguna de estas cosas se retire. Hay financiamiento pero aún lo hay para producto importado con tasas similares a los que tenemos los que producimos en Argentina. Esta es la madre de todas las batallas.
¿En qué estado está el proyecto de ley que motorizan?
El proyecto está en un estado embrionario. Se fue podando porque en algún momento incluía beneficios para la contratación de nueva gente, para las exportaciones incrementales. En realidad se terminó definiendo un sólo punto que es definir qué representa algo producido en la Argentina. Después todas las demás cosas se tienen que alinear. Estamos pidiendo que tenga un mínimo nacional de 60%. Dependiendo del tipo de máquina, puede ser 55% ó 50%. Pero para tener una idea de la magnitud de integración que estamos seguros de cumplir, recordemos que la industria automotriz está en el 30% ó 40% de integración nacional. Esto habla a las claras de cuánto valor agregamos nosotros localmente.
¿Hay porcentajes que la ley contemplaría en función del tipo de maquinaria que se trate?
El segmento en el que hemos sido más impactados a lo largo de los años fue en los autopropulsados. Tanto en cosechadoras como tractores la Argentina sufrió mucho. En cosechadoras, en algún momento hubo un 30 ó 40% de producción nacional y hoy estamos en un 2%. Esto significa que se fue perdiendo e intentamos recuperar. El tema con las máquinas más caras es que se terminan llevando el 70% del financiamiento. De alguna manera hay que reacomodar ese financiamiento para beneficiar a la industria nacional.
¿Ya pudieron presentar la ley a los legisladores, autoridades nacionales o provinciales?
La ley la presentó la senadora Sacnun hace un mes atrás. Sergio Massa ha recibido a los directivos de las cámaras de las tres provincias poniéndose a disposición. Soy un poco escéptico porque hoy la agenda es muy electoral.
Hay un proceso de inversión importante de las empresas de maquinaria agrícola ¿A qué se están destinando?
Hay un proceso importante en inversión de máquinas de corte, plegadoras y también en capital humano, que nosotros entendemos que es nuestro capital más preciado. El sector en los últimos doce meses incorporó un 20% más de recursos humanos. Esto es bueno y se tiene que seguir incrementando. Pero también tenemos el problema de que, como la mayoría de las plantas están en el interior del interior, está costando conseguir gente. En las grandes ciudades se puede acceder a 100 o 200 personas rápidamente mientras que en el interior cuesta más. Estamos pensando en planes de viviendas, y otras cosas que escapan a la actividad de una cámara como la nuestra, pero que tiene que debatirse.
¿El crecimiento del empleo que se está viendo es coyuntural o es una tendencia de largo plazo?
Todo el mundo está tomando gente en forma permanente. No hay nada transitorio, no es informal, es todo formal. Hay una especie de canibalización entre fabricantes porque todos están buscando el mismo recurso que es escaso. En las poblaciones pequeñas hay pleno empleo.
El gobierno nacional lanzó algunos programas que tienen como perfil capacitar a los jóvenes para el primer empleo y vincularlos con las empresas ¿Tuvieron alguna experiencia con eso, les sirvió?
Esto es muy bueno y en las provincias, conozco más Córdoba porque es donde resido, hay planes de inserción laboral. El programa Te sumo que es de Nación está muy bueno. Hay una sana discusión entre líderes sociales y sindicales para que uno le pase la posta a otra, se pase de planes sociales a empleo.
En tecnología, la industria de la maquinaria agrícola está a la vanguardia ¿Cuáles son las nuevas fronteras del sector?
Estoy desarrollando una idea fuerza que tiene que ser el disparador de está zona, la Pampa húmeda y toda la Argentina, tiene que convertirse en el Agro Valley del mundo. Así cómo existe el Silicon Valley en California o el Start Up Investor en Israel ligado a desarrollo de tecnología, nosotros tenemos que enfocarnos en que esta región cruce la metal-mecánica con la tecnología. Tenemos universidades y productores que conocen mucho de siembra directa. En un ecosistema emprendedor se puede desarrollar y subir el nivel de exportación que a nuestro criterio está muy bajo. En algún momento se llegó a 250 millones de dólares y hoy estamos en 50 millones de dólares. La idea es exportar conocimiento, fabricar con tecnología argentina.
¿Hay experiencias en el sector que vayan en ese sentido?
Hay mucha experiencia y hay un empresariado mucho más abierto, joven, que está pensando en que la verdadera internacionalización de las empresas no es exportar más sino radicarse y copar el mundo con alianzas. Hay un montón de ventajas que tenemos. Hoy el mundo hace un clearing de mano de obra porque cuida sus recursos. Ir con un producto totalmente terminado afuera es contraproducente porque daña el tejido productivo local. Ya está habiendo situaciones de este tipo, donde se junta alguien que sabe con alguien que tiene capacidad industrial. Las agencias provinciales están colaborando en esto. Se trata de profundizar. El Inta hizo mucho en esto, abrir mercados en Asia, Africa y después venimos los fabricantes y nos instalamos de alguna manera. Hay cosas muy positivas.
¿Cómo estiman que cerraría el sector este 2021?
En 2020 versus 2019 creció un 10% y 2021 está creciendo un 20% respecto de 2020, es decir que acumulamos en los últimos dos años un 30% de crecimiento. El primer año no se pudo hacer más porque no nos agarró tan preparados, no nos imaginábamos que iba a ser bueno. Si bien estuvimos poco tiempo cerrados, pandemia mediante, tuvimos algunas dificultades por falta de gente, insumos. Lo que estamos viendo es que los indicadores de ausentismo crecieron. Teníamos un 5% y pasamos a tener un 15% por la segunda ola de Covid. Se empezó a normalizar en los últimos meses y esperemos que siga. Esto significa un 10% más de capacidad y ojalá podamos mantenerla vigente. Tomamos 20% para mitigar ese 10% ausente, cuando ambos se sumen podremos mantener índices de producción muy altos.
Fuente: La Capital (Rosario).
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