Mientras avanza la siembra fina, los productores juegan un partido aparte fuera del lote, ante la incertidumbre que rige en las pizarras internacionales.
Con una siembra fina 2024/25 que según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) superó a nivel nacional el 80% del área proyectada en trigo y cerca del 50% en cebada, los productores analizan los pasos a seguir en materia comercial.
Más allá de los vaivenes propios de la agrícultura, la formación de precios en los mercados internacionales este año será por demás compleja. En este escenario, los productores tendrán que jugar con astucia sus fichas al momento de planear coberturas.
Para esta campaña, los analistas privados proyectan un incremento en el área sojera en detrimento de cultivos como el maíz, a partir del impacto que generó la chicharrita. En el caso del girasol, la falta de señales claras en relación a los precios hace que los productores jueguen a la defensiva.
Además de la coyuntura local, el campo mira lo que pasa en las pizarras internacionales. De acuerdo a la Consultora Zorraquín + Meneses, los mercados internacionales recortaron las subas que se produjeron el mes pasado, con variables como el clima que entrarán -con la cautela que requieren los pronósticos meteorológicos- en una fase de normalidad.
¿UN AÑO PARA HACER MÁS COBERTURAS?
En paralelo, los conflictos bélicos siguen sin traccionar de manera significativa y los fondos están con una menor intención de compra. Pasando en limpio, la expectativa de los mercados es bajista en materia de precios para lo que viene.
En el mercado local, los consultores destacaron que hubo suba en las cotizaciones de casi todos los cultivos. “Existe la discusión si estas subas fueron temporales o es tendencia, ante las bajas producidas en los últimos días”, afirmaron.
Además, señalaron que a diferencia de otros ciclos agrícolas, los mercados presentan una variante en su comportamiento: no responden al clásico parámetro de suba y baja en los precios, sino que reaccionar a situaciones puntuales (sequía y conflictos, por ejemplo) y después regresan a un esquema o sensación “bajista” de abundancia de producción y stocks.
“Es lo que hoy está dominando el mercado, más allá de que posteriormente se concreten estas expectativas”, puntualizaron.
El comportamiento de las pizarras internacionales coincide con este análisis y suma un factor más de incertidumbre a una producción agrícola que debe sortear una larga lista de obstáculos, que van desde las regulaciones políticas, hasta la suba en los costos de producción y la evolución en el tipo de cambio.
Sobre este punto, aconsejaron que ante subas puntuales en la cotización de los commodities, “los porcentajes de venta y cobertura del disponible y nueva campaña, sean por porcentajes mayores a los habituales de la producción”.
Y agregaron: “Más aún cuando el precio ofrecido por el mercado es superior al precio promedio obtenido por el grano la campaña anterior, como sucedió con el trigo.
De este modo, vaticinaron que la definición en los valores de las pizarras no estará exenta de algunos sobresaltos. “Pareciera que la construcción de precios -ventas parciales a lo largo del año- será más difícil esta campaña y los porcentajes de coberturas, cuando el precio lo ofrezca, deberán ser mayores a los habituales”, concluyeron.
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