“Sus máquinas entran en el suelo aunque este duro y aún así trabajan bien porque el gallego no le escatima en fierros”, describieron así la impronta del experto que falleció a los 85 años.
Jorge Anaya, es recordado como un maestro de vida que además creó varias generaciones de sembradoras que cambiaron el paradigma de la implantación de los cultivos en la Argentina y en otros lugares del mundo.
“Le agradezco por lo que hizo por Agrometal, fue un gran desarrollador y en lo personal le estoy agradecido porque fue un gran amigo de fierro”, dijo de Oscar Lattanzi, director de satisfacción del cliente de Agrometal, su compañero de vida y de trabajo.
En su carrera de creaciones anotó innumerables logros, como el cuerpo de siembra para la distribución monograno en los años 80. A este suceso Víctor Juri, titular y fundador de la empresa que lleva su nombre, lo recuerda como “un cambio de la época que aportó una idea superadora a los modelos de sembradoras de la época”. Se trata del cuerpo de siembra de precisión con la placa alveolada de gran diámetro, la descarga de semilla desde baja altura, que imponía el surcador doble disco para ubicar a la simiente en el mejor ambiente posible y bajo cubierta vegetal, para promover su rápida germinación.
También esta idea fue precursora en ubicar un par de ruedas gemelas al costado del surcador pisando el suelo cerca de la descarga de la semilla, que definían de manera uniforme y precisa la profundidad de siembra.
Otro hito de Jorge Anaya fue la sembradora de baja altura. “Miro las carrocerías de Pininfarina para imaginar las líneas de las sembradoras” solía explicar (Battista Pininfarina fue el legendario diseñador de los Alfa Romeo, Ferrari y Lancia Aprilia entre otros muchos autos, la debilidad de Jorge).
Y así diseñó las sembradoras de baja altura, con los laterales cubiertos con carenados de chapa y letras de la marca en sobre relieve realizadas en materiales distintos a la chapa, con colores brillantes y líneas elegantes, diferentes a lo visto hasta aquel momento.
Todo ello sin dejar de lado la admiración de los productores y contratistas “son las máquinas que entran en el suelo y siembran bien aun cuando esta duro y no se rompen, porque el gallego no escatima en fierro.”
También es para recordar que en los 90 desarrolló la primera sembradora que ofrecía de fábrica la transmisión electro hidráulica comandada desde la cabina del tractor o desde un navegador satelital. Entonces, se ajustaba la densidad de siembra sin detener la máquina (dosis variable), era algo realmente distinto en su momento.
Otro anticipo del genial creador de Monte Maíz, fue el que pondría a germinar el desarrollo de su hijo Ariel dedicado de lleno a las herramientas de la agricultura de precisión quien denominaría a su empresa con el nombre de su perro, “Tim”.
Se anticipó años en “instalar en las sembradoras los equipos para la fertilización con fósforo”, recuerda Víctor Juri, quien subraya “para mí fue un maestro en lo profesional y en lo humano, con sus sugerencias e indicaciones libres absolutamente de todo egoísmo”.
Por su parte Osvaldo Giorgi, vice presiente de Giorgi SA, recuerda que cuando mostramos a campo un modelo de sembradora en el año 2000, Jorge se presentó con mucha humildad y quiso saber las características del nuevo producto de manera frontal y directa, algo nada común entre competidores en aquella época.
"Ello para Osvaldo fue un gesto no habitual entre competidores. Me queda de él un excelente recuerdo de su personalidad. Sus desarrollos fueron de avanzada y con una originalidad para destacar provistos de una impronta diferencial y propia” señala Osvaldo.
Asimismo, el Ing. Enrique Bertini, titular y fundador de la empresa que lleva su nombre, recuerda a Jorge Anaya como un excelente compañero de ruta en numerosos viajes por el mundo como por ejemplo las visitas al Farm Progress Show, en las primeras épocas cuando los argentinos comenzaban a buscar por el mundo las nuevas tecnologías que iban apareciendo en diferentes mercados.
Hector Huergo, Responsable de Contenidos Hub Rural Grupo Clarín, señala que "en la primera Expodinámica en Chacabuco, Jorge puso el hombro para desarrollar la feria que daría arranque a las exposiciones a campo en nuestro país, junto a un puñado de pioneros como don Lelio Lambertini de Mainero, Oski Sturm de Zanello, Ricardo (el colorado”) Medera de Gherardi, Juan Carlos Ruano de Massey Ferguson y Néstor (Pantera) Petricevich de Giorgi”.
Corría el 2007 y fue reconocido con los Testimonios Clarín Rural, que se los entrega a personalidades destacadas del sector agroindustrial. En aquella locución del evento se dijo: “En 1957 ingresó a trabajar a Agrometal con una distinción: sabía operar el torno mecánico. Cincuenta años después se puede afirmar que se convirtió en uno de los grandes diseñadores de la historia de la maquinaria agrícola argentina”.
Hoy como siempre, recordamos con toda nuestra admiración y cariño al gigante incuestionable de la siembra y las sembradoras.
Fuente: Clarín Rural
Comments