La falta de lluvias complica la aplicación de ciertos ingredientes activos. Qué tener en cuenta para no avanzar en los tratamientos. Lo cuenta Fernando Oreja.
Por estos días de siembra, finalización de la implantación de maíz y cercanía con el inicio de los trabajo en soja, los productores y técnicos trabajan activamente en el manejo sanitario de los lotes presiembra, con la plena sequía como marco y La Niña afectando al clima sudaméricano.
Con el objetivo de iniciar las tareas con la menor presión de malezas posibles, aquellos que pueden sembrar se preguntan cuál es la mejor estrategia de manejo del banco de semillas. En este sentido, el experto Fernando Oreja, investigador en malezas de la Facultad de Agronomía (UBA), generó un interesante posteo en Twitter explicando por qué no hay que aplicar herbicidas residuales bajo la extrema ausencia de precipitaciones.
Un breve resumen de las causas
El especialista detalla que, “las lluvias son fundamentales para su efectividad de los herbicidas residuales ya que lo incorporan en las capas superficiales del suelo donde se encuentran las semillas (5 a 7 centímentros) y para que también se incorporen a la solución del suelo”.
Consecuentemente, dice:
Si no hay agua, las malezas no germinan tampoco van a ser controladas.
Asimismo, si no hay germinación, no hay raíces, coleóptilos e hipocótilos de las plántulas que puedan absorber el herbicida.
Por su parte, el experto indica que se requieren, en términos generales, 15 a 25 milímetros de lluvias para la incorporación del herbicida, aunque esto depende del tipo de suelo.
El peor escenario:
“Con lluvias de 3 a 4 milímetros no se incorpora el herbicida y no se solubiliza, favorece la degradación microbiana y la germinación de semillas de malezas”.
Además, subraya que, luego de la aplicación un herbicida residual, debe llover dentro de los 7 a 10 días posteriores (según marbetes) lo cual, si no sucede, pueden ocurrir pérdidas de diferente tipo, como la degradación microbiana, fotodegradación o volatilización.
Por su parte, manifestó que, “independientemente del herbicida, lo mejor es esperar un buen pronóstico antes de aplicarlos. Hay que mantener los monitoreos periódicos con controles de post emergentes de plántulas cuando sea necesario. O control mecánico donde sea posible”. Además, advirtió la importancia de control que hacen los cultivos de cobetura.
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