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Principios claves en la producción de semilla de alfalfa



La producción de semilla de alfalfa es un sistema integrado afectado por diversos factores. La habilidad para producir altos rendimientos a costos razonables exige atenderlos adecuadamente. Cómo controlar malezas es fundamental.


Las diferentes condiciones ambientales (variaciones en precipitaciones y temperatura, textura y profundidad de suelo, etc.) implican el uso de distintos sistemas de producción. La capacidad o habilidad para producir altos rendimientos a costos razonables exige entender y aplicar cada uno de los principios o factores afectados a la producción de semilla en la mejor forma posible para las diferentes situaciones.


Entre los factores claves deben incluirse:

• Un período relativamente libre de precipitaciones durante maduración y cosecha.

• Prácticas culturales eficientes (uso de variedades reconocidas, densidad de siembra, distancia entre hileras, control de malezas, etc.).

• Apropiado control de insectos perjudiciales.

• Riegos en cantidad y momentos adecuados.

• Eficiente uso de los polinizadores.

• Eficiencia en la cosecha.


Hay una serie de principios desarrollados a través de la investigación que son conocidos y difundidos, tales como: densidad de siembra, distancia entre hile-ras, control de malezas, uso de insecticidas y cosecha. Otros, como riego y polinización, son influenciados por diversos factores y los principios científicos deben interrelacionarse con la experiencia y el conocimiento de cómo esos factores influencian e interaccionan.


Bajos rendimientos serán el resultado si cualquier factor o principio es ignorado o no tenido en cuenta.


Control de malezas en cultivos de alfalfa para semilla

El control de malezas en todo semillero de alfalfa debe ser permanente, desde el establecimiento del cultivo hasta el proceso final de limpieza y clasificación de la semilla. La presencia de malezas constituye un factor condicionante en estos cultivos, afectando directamente los rendimientos. Su efecto adverso se manifiesta en reducción o pérdida de plantas (principalmente en los primeros estadios del cultivo); competencia por luz, agua y nutrientes; interferencia en la labor de los polinizadores; dificultad en las prácticas de cosecha; y aumento de los costos y trabajos en el procesamiento de la semilla.


Es más sencillo y económico eliminar malezas en el lote que hacerlo durante el procesamiento de la semilla cosechada. Si se permite a las malezas madurar y cosecharse junto con la semilla de alfalfa, deberán indefectiblemente ser eliminadas en la limpieza.



Las semillas de malezas más difíciles de separar de la alfalfa son las de sorgo de alepo, rúcula (Eruca sativa G.), yuyo esqueleto (Amaranthus sp.), roseta (Cenchrus sp.), lengua de vaca (Rumex crispus L.), cuscuta, porotillo (Hoffmanseggia falcaria) y tréboles de olor. La separación de muchas de ellas requiere el uso de maquinarias adicionales a las comunes, incrementando los costos de limpieza y la pérdida de semilla apta de alfalfa, que puede llegar al 10 – 12%.


En cultivos establecidos e incluidos dentro de un programa de certificación, las plantas de alfalfa de resiembra o voluntarias deben considerarse malezas.


El problema de malezas en diferentes etapas del cultivo debe solucionarse con un manejo racional, que utilice medidas de prevención y métodos de control cultural, mecánicos, químicos y combinaciones de los mismos.


Fuente: Ing. Agr. Carlos Moschetti

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