Se trata de un cultivo que rinde tanto en producción de granos, picado y en sistema de engordes intensivos. Entre sus ventajas, también permite romper ciclos de plagas, con la consecuente disminución en el uso de insumos químicos.
En los planteos ganaderos argentinos, el cultivo de sorgo se presenta como una opción versátil, a partir de su capacidad para adaptarse a un rango de clima templado-cálido, su tolerancia a sequía y la amplia diversidad genética que ofrece, gracias a la amplia disponibilidad de híbridos.
En el marco del Programa Prospectiva de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), el especialista José María Jáuregui explicó que el cereal aporta robustez y versatilidad en los meses de verano.
En esta época del año, las temperaturas elevadas y los déficits hídricos suelen impactar en el nivel de rindes de las pasturas perennes templadas.
Además, el sorgo no solo se presenta como una alternativa para mejorar la disponibilidad forrajera, sino que también “ayuda a mantener y mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, su sistema radicular profundo mejora la estructura aumentando la infiltración y la retención de humedad y reduciendo la erosión”, señaló Jáuregui.
Y agregó: “Otra ventaja para la sustentabilidad de los sistemas, tiene que ver con su capacidad de romper ciclos de plagas, con la consecuente disminución en el uso de insumos químicos”.
En comparación con el maíz, el sorgo presenta además algunas ventajas, como su menor exigencia en fertilidad de suelos, una floración más flexible -que reduce las posibilidades de sufrir estrés- y capacidad de rebrote.
EL SORGO: UN HÍBRIDO PARA CADA OCASIÓN
Además de su perfil para la producción de granos, es un cultivo ideal para el uso en sistemas de engorde intensivo de ganado, por su alto contenido energético.
Pero existen una serie de aspectos claves de manejo a tener en cuenta, para asegurar una correcta digestión y aprovechamiento en el rumen del animal.
El sorgo para silaje ofrece una solución práctica para la conservación del forraje. En este punto, los híbridos más recomendados son aquellos que proporcionan un equilibrio óptimo entre cantidad y calidad del forraje.
“Además, a la hora de la elección y manejo hay que tener en cuenta la digestibilidad potencial, contenido proteico y la correcta degradación de los granos por los animales”, sostuvo el especialista.
Otro uso estratégico del cultivo es el diferido, sistema al que se recurre cuando escasean los recursos en sistemas templados y subtropicales.
También es considerada una alternativa que proporciona alimento de bajo costo para el ganado durante el invierno, y si se cumplen una serie de pautas es por demás rendidor.
Entre otros aspectos, Jáuregui señaló que es necesario tener en cuenta algunas cuestiones de manejo, tales como utilizar un híbrido adecuado en cuanto a digestibilidad, la necesidad de complementar con fuentes de proteínas y contar con un excelente sistema de parcelas fijas o móviles.
“El sorgo forrajero, empleado como verdeo estival, es un recurso valioso debido a su alta producción de biomasa y su elevada capacidad de rebrote”, afirmó.
Para sacare el máximo provecho, recomendó respetar principios como la altura recomendada para ingresar a pastorear, ajustar el tamaño de las franjas y mantener en condiciones el estado de los electrificadores y los eléctricos.
Por último, otra de las alternativas de uso que planteó el especialista es el doble propósito, con sorgos que pueden ser cosechados o pastoreados según las condiciones del año y las necesidades del productor.
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